Y pasa que a veces, a media mañana de un martes sin alas, una siente que la sangre le marca una clave y es que esto anda rondando, leve desfase incluído. Y es bueno, bueno saber que la naturaleza propia es así de marrón y esquiva, como los gorriones, e igual de imposible de ignorar.
Martes de melancolía y recuerdos, supongo. Y la música la acentúa.
ReplyDeleteGuárdate del sol, aunque sea noruego. Parecería una broma leer este titular: "Caribeña víctima de una insolación en Oslo".
Me guardo, me guardo. A este paso voy a terminar como las mujeres del Gabo, que se tapaban la cara con la mantilla para ir a misa de cinco.
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