He tratado de comprar jeringuillas y agujas en Suecia, y la farmacéutica me ha dicho que no se puede. Para comprarlas necesito un hago constar del médico y la receta que prescribe una medicina que ha de ser administrada por vía muscular o intravenosa.
A veces el nivel de ingenuidad de las autoridades escandinavas es tal que resulta chocante. ¿De veras creen que el limitar la venta de agujas y jeringas pone freno de alguna manera a la drogadicción? ¿Es la aguja usada lo que se interpone entre un jonkie y una dosis? Y encima se quejan de que las enfermedades se propagan entre ellos por el uso repetido de las agujas que se pasan unos a otros.
Si ya se negaron a proporcionarles las dosis que necesitan al día, gratis y de una manera organizada y controlada, si los centros de ayuda donde pueden ir a inyectarse bajo la vigilancia de los que allí trabajan, que les proporcionan utencilios y asistencia, no dan abasto, al menos deberían permitir que compraran agujas nuevas en la farmacia. El consumo no va a bajar, pero a lo mejor el índice de enfermedades paralelas sí.
El día que decidan salir del formato A4 y abrir los ojos la luz del entendimiento los va a cegar.
Botaron el sofá y ya con eso piensan que resolvieron.
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