Rey Haggard: ¿Qué miráis, señora?
Lady Amalthea: El mar...
La tormenta se acerca, y el mundo se va envolviendo en mil tonos de gris, como si lo pintara El Greco. Las ardillas se esconden, se callan las corneas, se acurrucan los gatos sin dueña; sólo las gaviotas permanecen indiferentes, concentradas en su tarea: siguen buscando la luna llena que arañaba el mar.