“But Paris was a very old city and we were young and nothing was simple there, not even poverty, nor sudden money, nor the moonlight, nor right and wrong nor the breathing of someone who lay beside you in the moonlight.”

E. Hemingway.
"París era una fiesta"


Saturday, 27 June 2020

V es ella

"Lo que quiero que sea 
lo que es 
lo que pudo haber sido 
lo que nunca será 
lo que fue y lo que era 
lo que pudiera ser 
lo que querré algún día que haya sido 
lo que quise que fuera 
lo que a pesar de mí se obstina en ser 
lo que siempre soñé que fuese un día.

Las cuentas son exactas:
Yo soy el resultado".

Raquel Lanseros

Tuesday, 23 June 2020

Manzanillo Mocho

Una amiga me ha preguntado hoy si el Jachero existe realmente, o si es un personaje inventado. 

El Jachero existe, si, y además de ser vecino de mi Nana fue conmigo a la escuela primaria, a pesar de sacarme unos años. 

Era uno de aquellos niños que le tocaban a mi querida Elisa como en un sorteo de cerebros, pero a la inversa: repetían el primer grado hasta que le llegaba el turno a ella de recomenzar el ciclo como maestra de primero a cuarto, y se los soltaban, ya con bigotes. Uno de esos que ella toleraba con toda la ternura que cabía en su pecho de paloma, hasta que alguna barrabasada le alborotaba el genio y la hacía soltar su grito de guerra: "¡Ven acá, demonio, que te voy a cocotear!"

De niño quiso ser Juan Quinquín, pero su pellejo negro no iba con los ojos azules de Julito Martínez, así que el vecindario lo condenó a ser su compinche, El Hachero, y así se quedó. 

Lo último que supe de él, hasta hoy, es que lo habían despojado de su virginidad con toda maestría; tanto, que lo comparó con el congrís de su madre, que era lo que más le gustaba en el mundo. Ahora me cuentan que es padre de una nena, lo cual demuestra que no se equivocaba, y de paso confirma el mantra de otro personaje local: loco sí, bobo no.

Hurra por él.

Monday, 22 June 2020

De Juanes y quinquines

Me entero de que Elián González  va a ser padre de una niña. Ojalá la nombren Fidela. Fidela era vecina de mi abuela Nana y tenía un hijo medio loco apodado "Jachero". Jachero logró acostarse una vez con una mujer, y salió del cuarto diciendo que aquello era más rico que el congrís. Todo converge.

Thursday, 5 March 2020

Del mar perdiendo fe

Era viejo y pardo, y vestía una guayabera amarillenta y unos espejuelos oscuros como los que usaban los esbirros del batistato; el filo del pantalón estaba doble, como hecho por alguien que no sabe planchar. 

Caminaba despacio por el Paseo de la Marina, apoyando en una especie de cayado su peso de pájaro: los brazos parecían cabillas cubiertas de piel. Le hacía señales a cuanto vehículo pasaba por su lado, ya fuese un camión o un carro, y decía: "¡Hospital!" Luego, al verlos seguir de largo, murmuraba: "Está bien, chico, no me lleves..."

Lo recuerdo porque su resignación me quitó de golpe la paz del mar, y lloré de rabia y de pena negra. Cuando lo conté esa noche en casa mi mamá respondió: "Ay mija...", con un desaliento y una tristeza que aún hoy me corroen el corazón.

Pienso en él y en tantos otros viejos desamparados, ahora que escucho que se van a las manos en las colas de la farmacia; que lloran de hambre y soledades; que se caen al suelo de extenuación porque los dueños de autos, privados y estatales, veinte años después, siguen teniendo de plomo el corazón. 

Y ya sé que no es un tema tan importante como un acto de repudio de hace tres décadas, ni tan merecedor de indignaciones, pero yo es que soy de letras y vivo en Europa: no pueden esperar mucho más de mí.

Thursday, 13 February 2020

Invocación


Que no crezca jamás en mis entrañas
esa calma aparente llamada escepticismo.

Huya yo del resabio,
del cinismo,
de la imparcialidad de hombros encogidos.

Crea yo siempre en la vida
crea yo siempre
en las mil infinitas posibilidades.
Engáñenme los cantos de sirenas,
tenga mi alma siempre un pellizco de ingenua.

Que nunca se parezca mi epidermis
a la piel de un paquidermo inconmovible,
helado.

Llore yo todavía
por sueños imposibles
por amores prohibidos
por fantasías de niña hechas añicos.
Huya yo del realismo encorsetado.

Consérvense en mis labios las canciones,
muchas y muy ruidosas y con muchos acordes.

Por si vinieran tiempos de silencio.

Raquel Lanceros
Jerez de la frontera, 1973