Wednesday, 12 August 2015

Paralluvia de noias

Despierto inmediatamente. El teléfono marca  un mensaje de mi padre y las 03:20 am. Con el corazón desbocado, empapada en sudor, escucho: hay alguien afuera, junto a mi ventana, entre las rosas; puedo escuchar sus pasos en la arena, su respiración entrecortada.

Me levanto con todo el cuidado, aguzo el oído; ahí está de nuevo, no hay duda alguna. Hay que hacer algo, decido, y sé perfectamente que no hay mucho que una mujer pequeñita y asustada y desnuda a no ser por un hipster que para más inri es de color magenta, maldita sea, pueda hacer para ahuyentar a un bandido, pero igual hay que hacer algo. Así que me encomiendo al Espíritu Santo, respiro profundo, me llevo la mano al pecho y carraspeo.

Carraspeo alto, autoritariamente una, dos veces, y vuelvo a escuchar. El ruido sigue ahí, imperturbable, y ahora sí que la ira me puede porque este señor, además de un bellaco, es un maleducado: todo el mundo sabe que un carraspeo no se ignora.

Así que tomo impulso y abro la ventana de par en par, y me encuentro a las rosas en plena orgía con el plástico que ha de protegerlas durante el invierno, y del cual sobresale un pedazo que el viento agita en toda dirección.

"Son ustedes unas descocadas," le he dicho a las rosas. "Para la próxima, más discreción, carajo, que hay vecinos que duermen." Y ellas me han mirado de arriba a abajo, y han abierto la boca pero yo las conozco, así que cierro la ventana y me arrebujo entre almohadas.

"Menos mal", pienso antes de dormirme. "Pobre Tato Espinosa", pienso también. "Qué putas, las rosas", pienso aún, y creo que la lluvia está de acuerdo, pues aplaude.

3 comments:

  1. Pa la otra ponga video, por si hay alguna rosa bembona.

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  2. ¡Santo Tomás me lee! Qué emoción, he de encargar una misa espiritual y contárselo a mi abuelita: se va a morir del orgullo esta vez.

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  3. Como quiera, pero ponga video.

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¡Habla, pueblo de Aura!