Wednesday, 4 June 2014

De los otros demonios

"Mientras tanto" dijo Abrenuncio, "tóquenle música, llenen la casa de flores, hagan cantar los pájaros, llévenla a  ver los atardeceres en el mar, denle todo lo que pueda hacerla feliz." Se despidió con un voleo del sombrero en el aire y la frase latina de rigor. Pero esta vez la tradujo en honor del marqués:"No hay medicina que cure lo que no cura la felicidad".

O la lluvia, Gabo. Porque cuando una mujer despierta en mitad de la noche y descubre que afuera se está deshaciendo el mundo en un aguacero asesino de gorriones, y sólo puede tener conciencia de esto pues el resto es un amasijo de sábanas y pezones y pelo y páginas a medio estrujar entre muslos, y existe por y para esa lluvia y para nada más excepto quizás un gato lúdico que la mira muy fijo, no le queda a las penas más remedio que esperar a que salga el sol.

2 comments:

  1. Mi novela preferida de GM.
    A veces ni una lluvia atormentada cura, ni el recuerdo de un beso, ni la certeza de un suceso, ni mil "te quiero".
    Muy lindo!
    Suelte la melena y si pudiera, camine bajo la lluvia, no de madrugada, pero hubo un tiempo en que a mi me funcionó.

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  2. Yo salí al balcón y me mojé las manos, como el recluta del sueño. Y sí, quizás tendría que caminar de noche bajo lalluvia, aunque no me llame Amanda.

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¡Habla, pueblo de Aura!