Wednesday, 3 May 2017

Avanti, morocha!

Recuerdo a mi tía, la mujer más bella, jovial y valiente que conozco, la que me enseñó la vida entre gatos y amantes, cantando ésto mientras fumaba sus cigarrillos con boquilla, como la Montiel.

También yo la canto, entre violetas nuevas y franela mimosa, porque para pasarse por el fundamento las pifias del corazón cualquier verónica vale. Dale, Mayo.







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¡Habla, pueblo de Aura!