Sunday, 25 December 2016
Manduca Domini
Hace tres días, escuchando a Neil Gaiman hablar sobre su próximo libro sobre mitología nórdica, no pude contenerme.
—Podría estar escuchándote de aquí a la eternidad—, le dije.
—"Podría estar escuchándote de aquí a la eternidad."—, repitió él, como saboreando las palabras.—Qué dulce.
Y es aquí, le he comentado a Mariana, que una mujer recobra la fe en el mejoramiento humano, porque si entre nosotros se mueven aún hombres como Neil, con esos ojos y ese pelo salpimentado y esas manos manchadas de tinta y esa fantasía que teje historia tras historia y esa voz que me dice a mí que soy dulce, es que hay esperanzas.
Mimos de Dios, que premia a las puritanas con luz de entendimiento y amores de cola mullida que reinan sobre las palabras.
No comments:
Post a Comment
¡Habla, pueblo de Aura!