Hoy he leído en el solar esta maravilla, a modo de cumplido para una coterranea curvilínea y oxigenada: "Heres una langosta con toda la masa en la cola." (sic)
Qué bonito, de verdad. Qué elocuencia, qué manejo de la metáfora, qué
poder sobre las palabras. Vengan luego a decir que los hombres de ahora
ya no saben enamorar a una muchacha.
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¡Habla, pueblo de Aura!