Friday, 20 February 2015

Surabaya, invierno

Al parecer el Viejo del Cielo había estado esperando que yo dijera que la luz me es indiferente, y que adoro el gris, y que afuera había precisamente días oscuros y lluviosos que me reconfortan, para envíar lo que aparenta ser la primavera y estrujarme el corazón con cielos  despejados.

De más está decir que ha sido un golpe muy bajo, pero a estas alturas pocas trapacerías me sorprenden, por divinas que sean, y por otra parte yo soy experta en sacarme otoños de la manga, que para eso nací en el Caribe de dos estaciones: una en la que hay sol y otra en la que hay más. Así pues...


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