Lo maravilloso de conocer muchas lenguas -como las institutrices de Jardiel Poncela- es poder enamorarse de canciones como estas, que son una violeta, un agujero de conejos, un bombardeo, un universo paralelo, un ataud pequeñito y tres veces adiós, y hacerlo en el idioma en que fue escrita por el poeta, que se ha enamorado muchas veces, pero nunca ha estado "in love".
No comments:
Post a Comment
¡Habla, pueblo de Aura!