A la espera del parto de los montes o de las voces del enano de la feria, feliz además por la liberación del viejito, que cualquier jaula vacía es buena, y en honor del viejo Lázaro, Mariana descorcha y pide salud y misericordia: ojalá que no haya que lamentar chinos muertos por taponazos.
Ekua, papá, ekua.
Update: ahora mismo, en Miami, han de sobrar los que almuercen su propio hígado; mientras, en la islita y fuera de ella, otros celebramos al mulatísimo y a su luz larga. ¡Enhorabuena, carajo!
Voy en esa, hasta las entrañas.
ReplyDeleteAmor de mi bohío, nos están tirando flores con máuser. Falta que se muera Guarapo y Silvio se alegre para que el mundo se enderece.
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