Me suelto el pelo y aspiro inevitablemente el olor negro y espeso, mezcla de magnolias y aceites, que de él sale. Me preparo un Cuba Libre -trago sarcástico donde los haya- y me siento ente las piernas de Papa, que hoy es Nick y tiene un puñado de cuentos cortos.
Otro domingo, mon amour.
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¡Habla, pueblo de Aura!