“—Es la misma vaina —dijo—, y sólo ahora lo entiendo: era un olor de negra.”
Gabriel García Márquez, “El amor en los tiempos del cólera"
Con las berenjenas en mente, la melena cocinándose a fuego lento en el olor de las camelias y el mar a punto, me falta sólo una jaula con tres cuervos perfumados, pero eso también llegará.
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También tiene pechos perfumados y pelo negro.
ReplyDelete¿Y ronronea si le tocan los pies?
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