“But Paris was a very old city and we were young and nothing was simple there, not even poverty, nor sudden money, nor the moonlight, nor right and wrong nor the breathing of someone who lay beside you in the moonlight.”

E. Hemingway.
"París era una fiesta"


Monday 9 April 2012

Parab(u)enos

Hace un par de años eran los carbohidratos los que traían a los diosmesalve de la salud de cabeza, ahora le toca el turno a los parabenos. Resulta que todo
 -cremas, perfumes, medicamentos, lubricantes sexuales (!), champús, dentríficos, alimentos e incluso bebidas alcohólicas- contiene los aciagos compuestos en cantidades muy superiores a las que tendríamos que estar expuestos, y es deber de todo ciudadano consciente poner coto a tales desmanes.

No sé si será la ancestral indiferencia caribe ante los remilgos europeos o el haber crecido en un país donde lo importante era que hubiera, no de dónde venía -tampoco habían muchas opciones, venía de Rusia o venía del Norte- o de qué estaba hecho, pero lo cierto es que a mi este tipo de información me deja tan preocupada como la extraña manía de fumar mientras bebe té verde de mi vecino el rarito. Que la máscara de pestañas sea probada en animales me mortifica, que esté hecha de residuales de petróleo no.

Si mañana sale a la luz pública que ese glorioso colorcito amarillo de L'Air du Temps viene realmente de la orina de mandril destilada mi reacción será mirar el frasco a trasluz unos segundos, murmurar "pa' que veas...", encogerme de hombros y bañarme en la olorosa llovizna como cada día hace más de una década. De algo hay que morirse.


3 comments:

  1. Yosef ben Malka9 April 2012 at 17:38

    Yo recuerdo que en los terribles 90's, en la cafeteria de mi barrio había un solo vasito para degustar el infusión de tebenque que ofertaban. Un solo vasito, un solo trapito y una solitaria ollita con agua que hacia de fregadero. Con el único trapito la solícita dependienta limpiaba la barra y lo enjuagaba en la solitaria ollita de aguas permanentes mientras esperaba a que el consumidor de turno bebiera su tebenque. Una vez vacío, el vasito iba a parar a la solitaria ollita con las mismas aguas donde era fregado con el unico trapito mientras el próximo consumidor esperaba paciente, y ahí comenzaba el ciclo nuevamente con el único vasito, el único trapito y la solitaria ollita de aguas perpetuas.
    Te aseguro que la orina de mandril es Chanel No. 5 comparado con aquella agua y na' aquí'toy.
    Esos "europeos remilgados" puede que logren extender más su existencia, pero ¿vivir ma'...? Naaaa... a mi que me quiten lo baila'o

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  2. Si no nos intoxicamos con aquella carne rusa enlatada durante la Segunda Guerra Mundial, te aseguro que no será ahora.

    Lo del monotrapo suena nostálgicamente asquerosito...

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  3. Lo del monotrapo me dio arcadas y yo ni ponía las manos en una mesa que me daba un asco que pa que. La verdad es que siempre fui asquerosita, pa comer en la calle y beber en algún vaso que no fuera el que llevaba mi madre en el bolso.
    Así de raritos somos algunos…Mi “Love” de Chloé, me dice lo mismo, si es de pis que más da :)

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¡Habla, pueblo de Aura!